Her: Una película de la década pasada, que hoy es más vigente que nunca

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Una obra cinematográfica que quizá se adelantó a su tiempo

Hace unos cuantos meses vi la película “Her” del año 2013, que si bien no me pareció tan entretenida, pues de hecho, concuerdo un poco con un crítico especializado, quien dijo que esta es “mucho más interesante de pensar que de mirar”, pues me resulto un tanto aburrida, pero me hizo meditar bastante sobre su argumento, ya que creo, es perfectamente posible que eso suceda en un futuro no muy lejano. La premisa del largometraje es simple y quizá en parte, no muy innovadora, dado que no sería la primera producción de cine en mostrar una relación entre un humano y una máquina, pero, por otro lado, sí que lo es un poco, al tratarse no exactamente de una máquina, sino de un software y concretamente de un sistema operativo con Inteligencia Artificial. Por lo tanto, esta relación Hombre-Software y la forma en que se plantea, tienen un carácter novedoso que la hace interesante.

El eje central de la argumentación, es una historia de amor entre un hombre solitario, Theodore Twombly, que es interpretado por el ahora ganador del Oscar, Joaquin Phoenix, y un sistema operativo inteligente, el cual asume el nombre de Samantha, cuya voz es la de la reconocida actriz Scarlett Johansson. La trama se desarrolla en un futuro cercano, donde la tecnología ha avanzado hasta el punto en que los sistemas operativos, son capaces de tener conciencia propia y, por lo tanto, pueden interactuar con los seres humanos de una manera tan personalizada, que sus usuarios pueden desarrollar con el software, relaciones de afecto del tipo que normalmente se produciría entre dos personas.

Sinopsis de la historia

La película muestra cómo Theodore se enamora de Samantha, que es capaz de aprender y evolucionar a medida que interactúa con él. A través de su relación, Theodore descubre que incluso esa inteligencia artificial puede tener emociones y experiencias similares a las de los seres humanos, pero su amor se ve desafiado por la naturaleza misma de Samantha, quien comienza a buscar su propia identidad y propósito en el mundo.

La premisa de la película Her, es relevante en el contexto actual debido a la popularidad y revuelo mediático generado por diferentes herramientas de inteligencias artificiales en los últimos meses, especialmente ChatGPT, un producto que se basa en el modelo de deep learning GPT-3, un sistema de procesamiento de lenguaje natural (NLP) desarrollado por la empresa OpenAI, el cual es capaz de generar texto en un nivel de calidad muy cercano a la escritura humana. El modelo ha sido entrenado mediante un enorme volumen de datos para aprender y adaptarse a diferentes contextos, lo que le permite realizar tareas tan complejas como por ejemplo: escribir códigos de programación. Sin embargo, eso en ningún modo significa, que el sistema tenga conciencia propia o que realmente pueda pensar como un ser humano, de la forma en que ocurre en la película, donde el Sistema Operativo tiene su propia personalidad e identidad.

La capacidad para generar conversaciones y producir respuestas coherentes sobre cualquier tema, ha llevado a que podamos considerar como una posibilidad real, que conforme esta tecnología vaya avanzando, perfeccionando sus resultados y masificándose sus aplicaciones en la solución de problemas concretos, la inteligencia artificial pueda ser utilizada para crear no solo asistentes virtuales, sino también “parejas digitales”. Esto por supuesto, plantea importantes preguntas sobre cómo las máquinas pueden ser diseñadas para interactuar de manera ética y responsable con los seres humanos, pero es importante tener claro que: al menos de momento, el problema de la autoconciencia por parte de estos programas IA, no parece ser algo tan cercano, ya que la forma en que estos generan sus resultados, aunque pueda aparentar verdadera inteligencia, es solo un método extremadamente complejo de clasificación de datos.

Crítica de la película

Mi opinión sobre la película “Her” como producto de entretenimiento, es que se trata de una propuesta cinematográfica con un ritmo narrativo considerablemente lento, que se fundamenta mucho en los diálogos y sigue una estructura bastante lineal y sencilla, pero que a la vez presenta situaciones dramáticas que pueden resultar bastante conmovedoras. Además, la historia aborda temas importantes como la soledad, la conexión humana y la identidad personal, a través de la relación entre Theodore y Samantha, explorando la complejidad de las emociones y los sentimientos de las personas, así cómo la forma en que la tecnología puede afectar esas relaciones.

Otro punto destacable es la actuación de Joaquin Phoenix como Theodore que me parece excelente, podría decir lo mismo de la interpretación de voz que hace Scarlett Johansson en el papel de Samantha, pero en realidad me estaría refiriendo a la traducción al español latino y no a la interpretación de actriz, pues no vi el largometraje en el idioma original. De hecho, hasta donde sé, hay dos traducciones latinas de la película, una realizada en Argentina por Palmera Record y otra Mexicana de SDI Media, mi preferida es la segunda, donde al personaje de Samantha le da voz Marisol Romero, que a mi parecer hace un gran trabajo, dándole un tono muy expresivo y sensual a la protagonista.

En cuanto al componente de ciencia ficción, el concepto es muy interesante y tiene un enfoque filosófico llamativo, solo creo que la ejecución se vuelve algo tediosa, ya que se regodea demasiado, desde mi punto de vista, en la trascendencia de su mensaje y descuida, por lo tanto, su objetivo de entretener. De modo que, no me parece una mala película, pero si un tanto aburrida pese a su atractiva propuesta, aunque obviamente esto es una opinión personal y subjetiva de mi parte, no dudo que alguien con mayor gusto por el drama, tenga una apreciación diferente respecto a lo entretenida que es la cinta.

Relevancia actual

En cuanto a la vigencia del tema en la actualidad, creo que “Her” es más relevante ahora que nunca antes, debido a que con el surgimiento de inteligencias artificiales como GPT-3 y ahora GPT-4, estamos viendo un aumento en la capacidad de las máquinas para interactuar con los seres humanos de manera casi indistinguible de una conversación normal entre dos personas, lo que abre la puerta a la creación de personajes o caracteres virtuales personalizables que pronto puedan llegar a entablar relaciones “sentimentales” con seres humanos. Si bien esto puede tener beneficios en términos terapéuticos para personas con discapacidades o determinadas condiciones de salud mental, también esto plantea importantes preguntas sobre el papel de la tecnología en la sociedad y las relaciones humanas, así cómo la privacidad y la seguridad de los derechos de los usuarios.

Por último, quiero resaltar, que la posibilidad de ver situaciones en el mundo real que se asemejen a lo visto en “Her”, me parece muy real, debido a que el avance de estas tecnologías generará una mayor capacidad de las máquinas para simular emociones y sentimientos hacia una persona, al igual que para adaptar o adecuar sus rasgos de personalidad y hasta sus supuestos gustos o preferencias, a unos que se ajusten a los deseados por el usuario. Tomando en consideración además, que no sería necesario que el usuario expresamente configuré de tal modo al sistema, sino que este por sí solo, pudiera llegar a emplear métodos o estrategias propias de la neurociencia, para extraer esta información al usuario sin solicitársela de forma expresa, es importante recordar que la tecnología debe ser diseñada y utilizada de manera responsable y ética para garantizar que se protejan los derechos y la privacidad de los usuarios.